El pug está condenado a una vida sin salud ni bienestar por los problemas respiratorios derivados de nuestro abuso. Lo diseñamos sin una nariz funcional: sin termorregulación.
Podría formar parte de un espectáculo de circo de los años 20 en un frasco con formol, pero la radiografía muestra el cráneo de un pug o carlino. Para poner en perspectiva los años de selección artificial que nos trajeron hasta aquí, comparémoslo con el cráneo de un pastor alemán:
El cráneo del pastor alemán es estructuralmente similar al cráneo de un lobo, que a su vez es el animal del que provienen los perros.
¿Ves la diferencia?
Pensémoslo de otra forma. ¿Por qué los lobos, los zorros, los dingos y los coyotes tienen el hocico alargado? Por la sencilla razón de que, desde el punto de vista evolutivo, los hocicos cortos se adaptan peor al entorno.
Un perro con el hocico corto no tiene espacio en la mandíbula —por eso los pugs y otras razas chatas a menudo tienen los dientes mal alineados en la boca y corren un mayor riesgo de sufrir enfermedad periodontal.
Un perro con el hocico corto no tiene protección en los ojos cuando explora el entorno —por eso muchos pugs sufren lesiones graves en los ojos (por eso, y porque no tienen hueco suficiente para encajar las órbitas, así que sus ojos son demasiado saltones y sus párpados no tapan lo suficiente).
Un perro con el hocico corto, especialmente un perro con el hocico tan corto como el pug, puede tener aplastadas o retorcidas las cavidades nasales. Por eso sufre de problemas respiratorios: el aire no fluye. Para colmo tiene la tráquea demasiado corta y paladar demasiado largo.
Se termorregulan mal, y de esto derivan golpes de calor, hipertermia, dificultades digestivas y apnea del sueño. No son los únicos perros a los que les pasa, les ocurre a todas las razas braquiocefálicas: bulldog inglés, bulldog francés, boxer, boston terrier, pekinés, shih tzu y pug.
Un pug puede ser tu mejor amigo y, como tal, debes darle cariño y cuidarlo hasta el final de sus días. Pero hay que dejar claro de una vez por todas que los pugs o los bulldogs son animales defectuosos, con problemas desde su nacimiento que hemos creado nosotros. Los criamos deliberadamente así por una razón tan vanidosa como que nos gustan sus caritas achatadas.
Con información de: Gizmodo
