Experiencias extrasensoriales vividas en el Ayuntamiento de la localidad granadina de Vegas del Genil han colocado a este pueblo en el centro de la noticia.
Al parecer, el pasado 3 de febrero, uno de los concejales del consistorio granadino, en la soledad de la tarde escuchó al final de uno de los pasillos del edificio un sonido que se asemejaba al movimiento de una caja de folios cuando ésta se arrastra. Según el relato del concejal, hacía “un frío anormal”. Como apunta el diario Ideal de Granada, por temor a que fueran ladrones, decidió hacer una foto desde su teléfono móvil al pasillo para iluminar con el flash y ahí comenzó su asombro, pues vislumbró lo que, a su juicio, parecía ser la silueta de una niña pequeña.
En ese momento, preso del pánico, el concejal regresó a su despacho y compartió dicho miedo con sus compañeros por el grupo de Whastsapp que comparten, pero se recibió como una broma.
Al día siguiente, el concejal consternado, comentó a otras compañeras lo sucedido y éstas corroboraron la sensación de extremo frío en la zona del Salón de Plenos del Ayuntamiento donde se ha corroborado que existen dos bombas de calor a 30 grados, así que, como precaución, se le pidió a la monitora de Reiki del ayuntamiento que hiciera una limpieza de energía.
El testimonio de la monitora aclara que no se trató de una sesión de espiritismo, sino de una “limpia de energía” para “abrir una puerta para que salieran estas presencias que están atrapadas y no saben cómo volver”, recoge varias publicaciones locales. A partir de entonces, la temperatura según varias fuentes del consistorio de Vegas del Genil es mucho más agradable.
¿Una broma pesada?
El alcalde de la localidad, Leandro Martín, se muestra escéptico en torno al suceso y teme que se trate de una broma que se “haya ido de las manos”, sostiene para Elmundo.es. De momento, el perfil de Facebook del concejal, cuya identidad prefiere dejar en el anonimato, ha tenido que ser eliminado por el acoso de aficionados al mundo paranormal, incluso otros alcaldes de la zona ya piden su propio fantasma.
Con información de: Vanguardia