En su excursión por tu sistema digestivo la fibra va "barriendo" y acelerando el tránsito intestinal, previniendo así trastornos como el cáncer de colon, las hemorroides, varices, hernias y apendicitis.
- Colesterol. La fibra hace que se absorba menos LDL (el “colesterol malo”)
- Control de peso. Te sacia pero no aporta calorías.
- Diabetes. Baja la tasa de absorción de los azúcares.
- Estreñimiento. La fibra retiene agua, favoreciendo la expulsión de las heces.
- Prevención de cáncer. Las heces y las sustancias cancerígenas de desecho permanecen menos tiempo en contacto con la mucosa intestinal.
- Encontrarás fibra en las frutas, legumbres, verduras y productos integrales. ¡Que no falten en tu dieta ni un solo día!
*Toma de 10 a 13 g de fibra por cada 1.000 calorías de ingesta
Fuente: SportLife