Ya existían otros estudios que apuntaban a esta teoría, y ahora investigadores canadienses y suizos lo han constatado a través de un experimento con ratones.
Neurocientíficos canadienses y suizos han llevado a cabo una investigación, cuya tesis ha publicado recientemente la revista Science, que demostraría que un sueño de calidad durante la noche, además de mejorar nuestra salud mental y física, ayuda a consolidar nuestra memoria, y, en concreto, lo que hemos aprendido el día anterior. Para ello es importante que nuestro sueño, cuando se encuentra en la fase REM (la fase profunda del sueño, aquella en la que soñamos), no se vea interrumpido.
En esta investigación, los científicos llevaron a cabo sus experimentos con ratones y confirmaron que cuando el sueño de estos se veía perturbado en su fase REM durante la noche, al día siguiente no lograban recordar las experiencias vividas la jornada anterior, lo que viene a demostrar que el sueño profundo contribuye a consolidar una parte de nuestra memoria, a incrementar nuestra capacidad para retener la información aprendida recientemente.
Los neurobiólogos de este estudio recurrieron a la optogenética, una técnica que combina la genética y el uso de métodos ópticos para actuar sobre la actividad de las células mediante, por ejemplo, impulsos luminosos. Normalmente consiste en colar en el ADN de la célula estudiada el gen de una proteína sensible a la luz. En esta investigación, el objetivo fueron las neuronas gabaérgicas, esto es, células nerviosas secretoras de GABA (un neurotransmisor inhibidor) y que se encuentran en una zona del cerebro que limita y tiene influencia en el hipocampo.
Cuando iluminaban de una forma determinada a estas neuronas, lograban activarlas o apagarlas, y, como su señal principal, las llamadas ondas theta, es claramente visible en un electroencefalograma mientras nos encontramos en la fase REM del sueño, eso permitió a los investigadores observar su funcionalidad.
Tras desactivar los científicos las neuronas gabaérgicas –momento en que las ondas theta no eran visibles en el electroencefalograma–, el ratón seguía dormido, pero ya no estaba en la fase REM. Si en condiciones normales, después de una noche de sueño, el animal conseguía recordar dónde se encontraban los objetos del día anterior, cuando se le alteraba el funcionamiento de las neuronas gabaérgicas, hallándose en la fase REM, la memoria espacial del roedor se veía alterada: no se acordaba de casi nada de lo aprendido.
Según el profesor Antoine Adamantidis, investigador de la Universidad de Berna (Suiza) y uno de los autores del estudio, se trata de una prueba de que el sueño REM juega un papel importante en la consolidación de la memoria espacial.
Otros estudios anteriores en este campo del sueño han explicado lo importante que es, a nivel físico y psicológico, dormir bien, ya que cuando una persona no es capaz de tener un sueño profundo, se produce un incremento de la ansiedad, la falta de concentración y la irritabilidad del individuo.
Fuente: Muy Interesante