De celebración, pre menstrual, por estrés, por disgusto, por aburrimiento, de televisión y real. Te descubrimos los distintos tipos de hambre que existen.
Hambre real
Es el hambre más importante y la que supone un peligro para la vida porque provoca signos de debilidad en el cuerpo, baja energía, dolor de cabeza y puede interferir en el funcionamiento del organismo.
Para evitar ese estado hay que estar bien nutrido y llevar algún tentempié en el bolso si crees que vas a pasar muchas horas sin comer.
Hambre de televisión
¿Qué le puede quedar mejor al capítulo de tu serie favorita que una pizza o una humilde bolsa de patatas fritas? ¿Por qué privarse de ese placer? Hay un hambre que está más cercana a un hábito.
Digamos que te gusta ver una serie comiendo o que para ti no es tan buena una película si no tienes a mano tus palomitas de maíz. El problema es que cuando comemos sin estar concentrados, más bien distraídos por la tele comemos mucho más y el hambre no se nos quita o no nos damos cuenta de que ya estamos hartos.
La recomendación de los expertos es mantener las manos ocupadas mientras vemos la tele y buscarse una ocupación para los tiempos muertos de la publicidad.
Hambre por aburrimiento
Comer por aburrimiento es algo que todas hemos hecho alguna vez. Hay que aprender a tolerar el aburrimiento y no paliarlo con comida porque al final vas a engordar y seguirás estando aburrida. Los expertos recomiendan hablar con un amigo cuando estés aburrida, salir a dar un paseo con el perro si lo tienes o leer un libro.
Hambre por disgusto
Cuando te peleas con alguien y pierdes el control sueles recuperar la calma comiendo. La rabia y la irritabilidad se suelen aliviar con algo dulce pero esa terapia tiene un efecto secundario, la grasa suele acumularse en las caderas. Si te has enfadado come, pero algo sano, por ejemplo una pieza de fruta o unas galletas integrales. Restaurarás tus niveles de glucosa, dejarás de estar enfadada y no subirás de peso.
Hambre por estrés
Somos menos selectivo con la comida cuando estamos estresados, además comer nos alivia. Pero también cuando comemos con la ansiedad disparada preferimos comida de mala calidad y no solemos tirar de un yogurt griego ni tenemos tiempo de pelar una fruta, así que comemos mucho peor que cuando lo hacemos tranquilos y pensamos nuestros menús.
Hambre pre-menstrual
Aún cuando te hayas propuesto hacer una dieta saludable, los días antes de la regla te la vas a saltar. Eso es así. Tus hormonas tendrán la culpa de que tu apetito viaje en una montaña rusa. La buena noticia es que esos síntomas van a desaparecer y volverás a recuperar tus buenos hábitos.
Hambre de celebración
La euforia de una fiesta o de una celebración te harán olvidar tus penas (y tu dieta también). Te sentirás poderosa y optimista y creerás esa leyenda urbana de que puedes comer lo que quieras sin engordar. No pasa nada. Disfruta el momento y compensa cuidando la dieta los días siguientes al atracón.
Fuente: Woman Figaro
