“Internet es una gran vidriera en la que todo se expone y todo pareciera estar al alcance de la mano. A veces, lo que vemos son realidades y otras, la manera en que las personas ‘editorializan’ sus vidas”.
AsĂ lo señalĂ³ Valeria Schapira, experta en relaciones para Match.com, señala que si bien la web nos permite encontrar el amor – en portales de citas o aplicaciones, por ejemplo – tambiĂ©n puede dificultarnos soltar algunos vĂnculos.
Es cierto que el engaño estĂ¡ hoy mĂ¡s al alcance de la mano, pero tambiĂ©n la posibilidad de descubrir al infiel. La ventaja es que, cuando sabemos que somos engañados, tenemos la posibilidad de irnos de una relaciĂ³n. Al fin de cuentas, ¿quiĂ©n quiere vivir en la mentira?
En este sentido, ella deja algunos indicadores de que podemos estar ante un infiel en casa:
1. Tiene excesivo celo con sus redes: quien nada tiene para ocultar, no tiene problemas en dejar abierto su Facebook, su Instagram o su Twitter en su teléfono o computadora.
2. Mantiene “flirteos” virtuales: la mayorĂa de quienes realizan estos escarceos – que rara vez llegan a la consumaciĂ³n real – cree no hacerle daño a nadie. Muchos alegan que “es un juego”.
Estas conductas son terriblemente dolorosas para las vĂctimas – casi como una infidelidad concretada – y provocan ilusiones en terceros que pueden desconocer el real estado sentimental del seductor o la seductora virtual.
3. “Borra todo”: a menos que seamos personas obsesivas del orden, no solemos borrar todo el historial de bĂºsquedas, los mensajes de Whatsapp y las fotos de nuestros telĂ©fonos, tablets y computadoras.
Puede que cada tanto se nos de por el “ataque de limpieza”. Pero si Ă©l o ella tiene una fijaciĂ³n con este tema, probablemente tenga algo para ocultar.
4. “Se ofende”: no se trata de que uno se ande entrometiendo en los asuntos del otro ni pidiendo las claves de sus redes – ¿de quĂ© confianza hablamos si ocurre asĂ? – . El tema es cuando Ă©l o ella parece ofenderse ante una pregunta inocente acerca de un mensaje recibido o de algĂºn contacto. Quien nada tiene para esconder, tampoco tiene razĂ³n para sentirse en la mira.
Fuente: Biobiochile