A subir cada plato entonces.
Un estudio realizado en dos prestigiosas universidades norteamericanas, ha desvelado que efectivamente fotografiar la comida y subirla a Instagram antes de degustarla aumenta su sabor.
Al parecer, durante esos segundos que tardamos en subir la foto del suculento plato en cuestión, nuestro cerebro se prepara (de forma positiva) para el placer que está a punto de experimentar.
Algo asà como si nuestros sentidos se enfocaran hacia una tarea para minutos después incrementar el disfrute de la misma.
No se trata de una práctica desconocida, ya que esas fotografÃas de hamburguesas gigantes y deliciosas patatas fritas que las cadenas de comida rápida llevan utilizando en sus anuncios desde hace décadas son el ejemplo perfecto de que funciona.
El principal dato que este estudio ha confirmado a través de su investigación es que las personas que subieron fotos de su comida antes de probarla la notaron más sabrosa que aquellas que no lo hicieron.
Asà pues, este estudio no hace sino confirmar algo que ya intuÃamos: que los estÃmulos visuales son tan importantes en nuestra vida actualmente, que son capaces de determinar el nivel de disfrute de las actividades más cotidianas.
Con información de: NoSeasMaje
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