Pasan de las 11 de la noche…
Esa primera cita que comenzó hace seis horas, se convirtió de manera repentina en un pequeño circo lleno de coqueteos, risas y acercamientos peligrosos. Es claro que ambos se desean. Los labios de ella se dilatan mientras que él sonríe tímidamente pensando en que no quiere ofenderla al pedirle que tengan sexo esa misma noche, aunque es obvio que entre sus movimientos sutiles le manda señales de que eso es lo único en lo que él piensa. La mujer tiene otra angustia en mente: se siente culpable y llena de miedo, lo que provoca que su pequeña danza se detenga. Sus amigas le dijeron que no se quedara con él, de ser así pensaría que es una fácil.
Ambos tienen una gran disyuntiva en su cabeza, un prejuicio construido a través de mentiras que las señoras puritanas y los hombre machistas se encargaron de hacerles creer. Entonces, los dos separan sus manos y alejan sus rostros mientras deciden qué hacer.
¿Por qué no simplemente acceden a sus deseos y se dejan llevar? Es claro que se gustan y tienen un interés personal mucho más importante que el sexual, pero durante siglos, el sexo fuera del compromiso ha sido juzgado y castigado de manera absurda por quienes creen tener la palabra absoluta. Debido a esa ignorante aseveración, millones de personas viven reprimidas, o bien, pasan el resto de sus vidas estigmatizando al sexo de manera negativa.
Afortunadamente, el siglo pasado se llevó a cabo una revolución sexual cuyo impacto en la actualidad es notorio. Las mujeres tomaron control de sus cuerpos y los hombres comenzaron a cambiar su perspectiva respecto al sexo en la primera cita.
Las siguientes, demuestran que tener sexo en la primera cita no es ninguna falta de la que debas arrepentirte:
Te sientes cómodo
Salir con distintas personas es un tanto incómodo, pues puedes comenzar a pensar que nunca conocerás a alguien que valga la pena. Así que cuando sales con alguien que te hace sentir cómodo durante una primera cita sólo debes dejarte llevar por tu instituto. Ceder ante el deseo puede ser la mejor decisión de tu noche.
Sabes que no corres ningún riesgo
Este punto es uno de los más importantes, cuando tenemos una primera cita no conocemos de manera real a la otra persona, por lo tanto, corremos el riesgo de enfrentarnos con una sorpresa, no importa si es buena o mala. Si has comprobado o tu instinto te dice que puedes confiar de manera plena en esa persona, es buen momento para probar cosas nuevas que impliquen un mayor contacto y placer.
Estás protegido
Cuando hablamos de protección nos referimos a diferentes elementos como contar con familiares y amigos que sepan en qué lugares estarás con ese “desconocido” en tal lugar y por supuesto con un preservativo y/o cualquier otro método anticonceptivo que asegure que tu experiencia sexual será la mejor en todo sentido. Por más amorosa, honesta y amigable que te parezca tu cita, jamás sabrás qué riesgos corres; recuerda que cuando te acuestas con alguien –de alguna forma– también tienes relaciones con sus parejas pasadas y así sucesivamente.
Sabes que sólo te interesa esa persona para tener sexo una vez
Si ambos están de acuerdo en que sólo será cuestión de una noche nadie saldrá lastimado. Ninguno tiene por qué fingir mayor interés si su objetivo se limita a tener sexo sin una segunda salida. Aún en el plano sexual hay que ser honesto, pues eso significa tener respeto por la otra persona y por uno mismo.
Estás seguro de que sólo se trata de sexo
Muchos consideran que el acto sexual siempre conlleva un sentimiento de por medio, pero no para todos es así. Si para ti no tendrá una relevancia sentimental que te haga sufrir posteriormente, no dudes en tener sexo en la primera cita.
No te importa lo que piensen los demás
Por lo general, las mujeres son señaladas como “putas” o “fáciles”, pero eso no es más que una estúpida crítica basada en la ignorancia e hipocresía de una sociedad retrograda. Todos tienen el derecho de hacer lo que deseen con su cuerpo, si tienes eso claro y por lo tanto no te importan los juicio alrededor de esa acción, tómate la libertad de tener sexo en la primera cita.
Los dos personajes que protagonizaron la ficción con la que abrió este artículo no tenían ningún impedimento para tener sexo y disfrutar a manos llenas, lo único que los detuvo fueron sus propios prejuicios, mismo que se encarga de enseñarnos esta sociedad machista.
Todos poseemos cierta capacidad para decidir y ejercer esas elecciones es parte de nuestros derechos; el sexo no significa absolutamente nada de lo que nos han hecho creer, es natural y no la parte vergonzosa o negativa del ser humano, por lo que cada quien decide cómo, dónde, cuándo y con quién practicarlo.
Fuente: cultura colectiva
