El pasado marzo, en las profundidades de las aguas del archipiélago de Hawái, se descubrió un peculiar pulpo con una apariencia extraña al que se bautizó popularmente como Casper por su parecido con el popular fantasma animado. El cefalópodo, encontrado por causalidad por un equipo de científicos que buscaba muestras geológicas en el fondo marino, resultó ser una especie desconocida hasta entonces, y la textura grisácea semitransparente de su cuerpo consiguió enamorar a las redes sociales.
Esta semana, un estudio publicado en Current Biology desvelaba más cosas de esta curiosa criatura, a la que habían hallado también en las profundidades de las costas de Ecuador. Pero no se traían buenas noticias. Desafortunadamente, nuestro particular Casper submarino posee una estrategia reproductiva que más que asegurar la supervivencia de su familia, la podría condenar a desaparecer.
Cuando llega la hora de ovar, este tipo de pulpo decide colocar sus huevos en una esponja de mar a la que abraza completamente con sus tentáculos. La cubre con sus ocho miembros con el fin de proteger a sus crías. En esa posición se pasa varios años, sin ni siquiera alimentarse, hasta que los huevos se rompen y el pulpo progenitor finalmente muere.
El problema es que estas esponjas necesitan sujetarse a algo sólido en el fondo marino, y en lo más profundo del Oceáno Pacífico ese algo es a menudo lo que se conoce como nódulos polimetálicos, trozos de roca que presentan concentraciones extraordinarias de metales útiles como manganeso, hierro, cobalto, cobre, níquel o titanio.
Empresas privadas y países ávidos de rentabilizar sus recursos naturales están estudiando métodos para extraer esos metales preciosos del fondo marino mediante dragas especiales. Se trata de un propósito técnicamente muy complejo —dadas las profundidades de las que hablamos y la vastedad de las llanuras abisales— que de momento nadie ha conseguido realizar de una manera masiva y rentable, pero los científicos advierten: de concretarse esas "minas de nódulos", la criatura a la que hace tan solo unos pocos meses que conocimos, podría ver peligrar su supervivencia. No más huevos. No más Caspers.
Con información de: PlayGround