En la mayoría de los casos, no podrás hacerlo. Una vez que se pulsa el botón de enviar, el correo electrónico comienza su trayecto hacia la bandeja de entrada del destinatario. No es un viaje directo. Los correos pasan por varios servidores encargados de guiarlos por la Red, y tardan unos segundos en llegar a su objetivo. Pero a todos los efectos, es como si apareciesen al instante en el ordenador o el móvil del receptor.
Hay, no obstante, algunas excepciones notables que nos pueden sacar de un apuro en el caso de un error que no advertimos hasta después de darle a la tecla fatídica. Algunos clientes de correo electrónico pueden configurarse para que solo envíen los mensajes pasados unos minutos. Los e-mails, mientras tanto, se quedan en la bandeja de salida. Allí es donde es posible encontrarlos en el caso de que el ordenador o el móvil no tengan conexión a la red, esperando el momento en el que puedan comenzar su camino hacia el receptor.
Algunas herramientas de correo electrónico web también permiten bloquear un envío durante unos segundos. Es el caso de Gmail, la plataforma de correo más popular. Entre sus opciones de configuración hay una llamada deshacer envío (undo send, en inglés). Si se activa es posible elegir el número de segundos en los que se podrá abortar el envío de un mensaje para corregir un fallo o añadir un adjunto. Es posible seleccionar periodos de gracia de hasta 30 segundos, suficientes para salvarnos.
Con información de Muy Interesante
