En la vida siempre es bueno tener aventuras en solitario, es una forma de crecer, de conocerte y de saber hasta dónde eres capaz de llegar por ti misma.
Conoces tus lÃmites: Cuando viajas todo es extremo, y ya sea para mejor o para peor, es solo en esta situación en la que aprendes a conocer tus lÃmites y a ver qué es lo que estás dispuesta a hacer. Eso que veas que eres capaz de hacer, eres tú. Muchas veces en nuestra zona de comodidad nos quedamos estancados en lo que creemos que somos porque no nos vemos obligados a ir más allá, por eso en ocasiones como estas es que nos damos cuenta de nuestras verdaderas cualidades.
Conoces nuevas culturas: Conocer gente diferente a ti en todos los sentidos ampliará tu visión de la vida. No es necesario que recorras largas distancias para encontrar culturas diferentes a la tuya, pero entender una nueva podrÃa abrirte los ojos ante numerosas posibilidades de vivir mejor y con mayor sencillez.
Te obligas a salir de tu zona de confort: No es lo mismo que te cuenten que allá afuera hay un mundo entero por descubrir, que descubrirlo tú misma. Realmente empiezas a conocerte cuando sales de ese pequeño lugar en el que te sientes cómoda. Sin esfuerzos, sin sacrificios, sin anécdotas, la vida no es vida.
Haces cosas que nunca pensaste: Viajar de por sà te da un sentido de la aventura no sabÃas estaba en tu ADN. Fuera de tu lugar automáticamente sientes que debes tomar riesgos, hacer locuras y aprovechar todas las oportunidades que se te presentan, porque probablemente nunca más las tengas. AsÃ, llegas a hacer cosas que nunca pensaste que harÃas, te sorprendes de ti misma y empiezas a escribir las historias para el resto de tu vida.
Aprendes a ser independiente: En casa, aunque vivas sola, nunca experimentarás la verdadera independencia. Sigues teniendo que cumplir con muchos compromisos, y si te enfrentas a un problema, la ayuda está a un ring de distancia.Viajar sola te ayuda a desarrollar habilidades nuevas que no sabÃas que tenÃas y cuando llegues a casa no necesitarás la ayuda de nadie para cumplir tus objetivos.
ConfÃas en tus propias decisiones: En diferentes grados, todos somos inseguros, y frente a las decisiones que la vida nos pone en el camino usualmente dudamos de nuestro propio juicio y tendemos a necesitar aprobación del resto. Cuando viajas sola simplemente no tienes opción. Te das cuenta de que nadie más que tú es responsable de tu destino, ya medida que vas decidiendo, notas que tu sentido común en realidad funciona bastante bien y que no necesitas a nadie que valide tus elecciones.
Con información de: whatthegirl