Lo ‘prohibido’ y lo ‘desconocido’ ha dado lugar a grandes películas eróticas. Algunas más sinuosas y comedidas, otras más carnales y libidinosas… Puedes verlas solo o incorporar a tu pareja, tú decides.
Maggie Gyllenhaal aparece brutalmente sexy en Secretary (2002), dirigida por Steven Shainberg. Una secretaria en un bufete de abogados que descubre las pasiones más íntimas de su jefe y va fraguando una relación estrictamente erótica sexual.
Bertolucci dirige esta hermosa, conmovedora y sugerente Soñadores (2003). Un joven americano y dos perturbados hermanos comparten una afición, el cine, y se sumergen en una relación de juegos emocionales y peligrosos retos.
La última del célebre Kubrick es este Eyes Wide Shut (1999), un relato del extraño y erótico episodio que vive el respetable médico neoyorquino William Harford (Tom Cruise). La historia en sí es una oda al hedonismo, al placer y al sexo.
Una historia de obsesiones, pasiones y amor comienza con el protagonista de El imperio de los sentidos (1976) enamorándose de una exprostituta. Ella se convierte en su sirvienta y ambos comienzan una relación desenfrenada basada en el sexo.
Roman Polanski decidió guionizar la novela de Pascal Bruckner. Luna de hiel (1992) narra la historia de Nigel y Fiona (Hugh Grant y Kristin Scott-Thomas) que celebran su séptimo aniversario de boda en un crucero. Allí conocen a una atractiva Mimi…
Fuente: esquire