La pizza es uno de esos platos preparados a los que recurrimos cuando nos aburrimos, en una noche de fiesta, o de ocio en familia. Podría ser un plato rico, si de verdad estuviera bien hecha, pero siempre terminamos pidiéndolo a la pizzería más cercana, que casualmente suele ser la que más aceite usa, y la que tiene las pizzas más grasientas de todo el barrio. “No importa”, te dirás, porque “es solo por hoy”. Claro. Y si de verdad aprendieras, no volverías a pedirla nunca más, al menos por la noche.
Y es que ya de por sí, nos cuesta digerir la pizza por el día, así que imagínate por la noche. No se trata de acostumbrar a nuestro estómago, porque nuestro sistema digestivo no lo va a soportar, y te darás cuenta con el paso del tiempo, ya que es posible cada vez te sentarán peor las pizzas por la noche.
La gran mayoría de las pizzas contiene alimentos con un gran alto de acidez, lo que puede sentar mal a nuestro cuerpo, especialmente a nuestro estómago. Es por eso que te será difícil digerirla, y por lo que a partir de ahora, deberías evitar comer pizza. Porque aunque está a un solo telefonazo, además de la difícil digestión, también podría provocarte un mal sueño.
Fuente: Ocio